ALACRÁN 23 AGOSTO AL 19 SEPTIEMBRE
Son muy reservados y celosos, guardan su intimidad como un tesoro preciado. Ellos no sienten ni creen que sea necesario gustarle a todo el mundo ni llevarse bien con todos. Cuando están frente a personas nuevas, estudian cuidadosamente el panorama, escuchan y observan hasta
que se forman una opinión de cada integrante, ¡y rara vez se equivocan!, gracias a su temperamento metódico y observador. Tienen una memoria de elefante, no olvidan ni lo bueno ni lo malo que les hayas hecho. Son agradecidos y justos, pero si los has traicionado esperarán la mejor oportunidad para clavarte el aguijón.
MUJER ALACRÁN
Conquistar el corazón de una mujer Alacrán no es tarea sencilla. Ella pondrá a prueba a quien pretenda su mano, y no se entregará hasta que esté bien segura de que el otro merece su amor.
Esperan que el hombre que esté a su lado sea justamente eso: todo un caballero y que como tal, se comporte todo el tiempo. En el fondo, teme ser herida, por eso se protege detrás de esa armadura; puede parecer fría y hasta indiferente, aunque por dentro esté muriéndose de amor.
HOMBRE ALACRÁN
Conseguir que un Alacrán te pida matrimonio es toda una hazaña, y si lo hizo quiere decir que verdaderamente te ama. El hombre Alacrán, por lo general no es una persona demostrativa. Se siente incómodo frente a las exageraciones, y mucho más en público, pero en la
penumbra de la habitación desplegará los mejores trucos y artilugios del sexo. Dejar a los otros con la boca abierta es su especialidad; como es tan calladito, los demás no esperan sus reacciones, hasta que un día te sorprende.
EN EL AMOR Y LA AMISTAD
Los Alacranes piensan muy bien con quién se relacionan y no dejan entrar a cualquiera a su selecto círculo de amistades. Prefieren a las personas que no llaman demasiado la atención
para no quedar expuestos. Los nacidos bajo la Luna del Lagarto se mimetizan muy bien con los Alacranes y coinciden en sus gustos. También los Zorros despertarán su admiración, porque son personas justas y valientes que se ajustan a sus patrones de ética personal.
Son muy reservados y celosos, guardan su intimidad como un tesoro preciado. Ellos no sienten ni creen que sea necesario gustarle a todo el mundo ni llevarse bien con todos. Cuando están frente a personas nuevas, estudian cuidadosamente el panorama, escuchan y observan hasta
que se forman una opinión de cada integrante, ¡y rara vez se equivocan!, gracias a su temperamento metódico y observador. Tienen una memoria de elefante, no olvidan ni lo bueno ni lo malo que les hayas hecho. Son agradecidos y justos, pero si los has traicionado esperarán la mejor oportunidad para clavarte el aguijón.
MUJER ALACRÁN
Conquistar el corazón de una mujer Alacrán no es tarea sencilla. Ella pondrá a prueba a quien pretenda su mano, y no se entregará hasta que esté bien segura de que el otro merece su amor.
Esperan que el hombre que esté a su lado sea justamente eso: todo un caballero y que como tal, se comporte todo el tiempo. En el fondo, teme ser herida, por eso se protege detrás de esa armadura; puede parecer fría y hasta indiferente, aunque por dentro esté muriéndose de amor.
HOMBRE ALACRÁN
Conseguir que un Alacrán te pida matrimonio es toda una hazaña, y si lo hizo quiere decir que verdaderamente te ama. El hombre Alacrán, por lo general no es una persona demostrativa. Se siente incómodo frente a las exageraciones, y mucho más en público, pero en la
penumbra de la habitación desplegará los mejores trucos y artilugios del sexo. Dejar a los otros con la boca abierta es su especialidad; como es tan calladito, los demás no esperan sus reacciones, hasta que un día te sorprende.
EN EL AMOR Y LA AMISTAD
Los Alacranes piensan muy bien con quién se relacionan y no dejan entrar a cualquiera a su selecto círculo de amistades. Prefieren a las personas que no llaman demasiado la atención
para no quedar expuestos. Los nacidos bajo la Luna del Lagarto se mimetizan muy bien con los Alacranes y coinciden en sus gustos. También los Zorros despertarán su admiración, porque son personas justas y valientes que se ajustan a sus patrones de ética personal.
