domingo, 11 de octubre de 2009

Cirilo de Alejandría

Cirilo de Alejandría (Alejandría, c. 370/3 - Ibidem, 444) fue un eclesiástico romano natural de Egipto, Patriarca de Alejandría desde 412 hasta su muerte.

Sobrino del poderoso obispo Teófilo, acompañó a su tío al Sínodo de la Encina (403) que destituyó a Juan Crisóstomo, sucediéndole más tarde en la sede alejandrina (412). Muchos se opusieron a su nombramiento, quizá por su genio impaciente y dominador. Su episcopado se caracterizó por la presión contra judíos, paganos y otras confesiones cristianas, así como por sus roces con las autoridades imperiales y su feroz lucha de poder con el Patriarcado de Constantinopla.

Santo de las Iglesias Católica, Ortodoxa y Copta Sus obras atestiguan un conocimiento extenso, además de la Biblia y de los escritores eclesiásticos, de los autores no cristianos de su época. Parece ser que durante un tiempo se retiró al desierto, donde recibió de los monjes educación ascética, según se deduce de las cuatro cartas que le escribió Isidoro de Pelusio.

En 1882 Cirilo fue proclamado doctor de la Iglesia por el Papa León XIII, quien al mismo tiempo atribuyó el mismo título a otro importante exponente de la patrística griega, san Cirilo de Jerusalén.Contenido 

Vida


Sucesor de su tío al frente del patriarcado alejandrino, su episcopado continuó su feroz lucha de poder entre las sedes de Alejandría y Constantinopla, pero además se caracterizó por un nuevo aumento de la presión contra paganos, herejes y judíos (tras la calma de los últimos años de Teófilo) y sus roces con el poder imperial. Nada más ascender al trono de San Marcos persiguió a los novacianos (a pesar de la existencia de un edicto imperial de tolerancia hacia ellos) e instigó una serie de motines antijudíos, logrando expulsarlos de la capital egipcia.

En 415 ó 16 una turba de cristianos enfervorecidos asesinó a la célebre filósofa Hipatia en pleno conflicto entre el prefecto imperial, Orestes, y el patriarca. Debido a ello, durante siglos se ha acusado a Cirilo de ser el principal responsable de la muerte de la filósofa, aunque no existan más que alusiones indirectas para acreditarlo.

Cirilo fue una figura de relieve por el desarrollo teológico de sus escritos, en especial por su defensa de la unión entre la divinidad y la humanidad de Jesús, frente a las tesis de Nestorio, que en el año 428 ascendió a la sede de Constantinopla. Cirilo aprovechó el error dogmático de Nestorio para deponerlo de su sede. En el Concilio de Éfeso (431), convocado por el emperador Teodosio II, Cirilo abrió las sesiones con 154 obispos de su partido sin esperar a que llegaran los obispos antioquenos, sirviéndose de cuantiosísimos sobornos durante todo el proceso. Sus regalos fueron tan abrumadores que, de hecho, logró que el emperador Teodosio II, en principio contrario al patriarca alejandrino, cambiara de parecer, y acabara por deponer y desterrar a su rival dogmático.