martes, 1 de diciembre de 2009

John Demjanjuk


La defensa del nazi Demianiuk pide la suspensión del juicio

Alega que el relato de los crímenes que se le imputan, se le acusa de 27.900 muertes, supone un martirio para su cliente, de 89 años





En la silla de acusado se ha sentado de nuevo, tras juicios inconclusos décadas atrás, John Demjanjuk, de 89 años, soldado ex soviético de origen ucranio, y entregado por los EEUU a la fiscalía de Múnich.
Demjanjuk, que fue guarda local con los ocupantes nazis, en los campos de exterminio de Sobibor y Treblinka, ya ha sido acusado y juzgado de complicidad en la exterminación de 27.900 judíos, en tierras de la antigua Polonia y hoy en Ucrania. La acusación mantiene que estuvo empleado durante seis meses, en 1943, en Sobibor resultando de complicidad instrumental para la muerte, en ese período, de 27.900 judíos deportados, especialmente holandeses.
En Israel, en 1988, éste trabajador de una planta automovilística que llegó hace 60 años a la coste Este norteamericana, fue finalmente exonerado por falta de pruebas absolutamente conclusivas sobre la acusación de que John fuese realmente el guardia conocido como Iván el Terrible. Demjamjuk ha negado siempre esta relación y rehusa incluso haber estado de servicio en Sobibor.
La apertura del juicio en Múnich, en vista pública, se ha retrasado por la enorme expectación y número de público que pretendía entrar en la sala. El abogado de Demjanjuk ha acusado primeramente a la autoridad judicial, en su alegato, de arbitrariedad en la extradición y procedimiento contra su cliente.
En silla de ruedas y con los ojos cerrados
Apátrida desde que EEUU le revocara la ciudadanía, Demjanjuk estaría gravemente enfermo según su familia, lo que ha sido disputado por las autoridades médicas judiciales. En la sala, ha hecho su entrada en silla de ruedas, acompañado por dos guardias y dos médicos, y ha mantenido los ojos cerrados la mayor parte del tiempo, aunque está en todo momento consciente.
Habida cuenta de la exoneración previa, la fiscalía de Múnich ha logrado convencer a las autoridades estadounidenses de que, tras la apertura de archivos en los últimos años, posee pruebas concluyentes de la culpabilidad de Demjanjuk, de forma que logró la extradición pese a todo el esfuerzo en contra de la familia.
Demjanjuk fue expulsado en mayo de Estados Unidos, donde vivía desde 1952. Su familia afirma que no sobrevivirá a un proceso, pero la justicia estadounidense y luego la alemana lo consideraron apto para ser sometido a juicio, aunque con audiencias breves de 90 minutos por día. De ser hallado culpable, podría ser condenado a cadena perpetua.
El proceso de Múnich no es por tanto el primero. Ya en 1975 su nombre figuró en una lista del gobierno soviético de antiguos colaboradores de los nazis que habían emigrado a EEUU. Al iniciarse las investigaciones, cinco supervivientes del campo de concentración de Treblinka (Polonia) creyeron reconocer a Demjanjuk como «Iván el terrible», guardián que cometió tremendas atrocidades entre 1942-1943.
El gobierno israelí le acusó formalmente de crímenes de guerra en 1977 y, en junio de 1981, un tribunal de Ohio le retiró la nacionalidad por haber mentido sobre su pasado en su solicitud de visado de inmigración. Dos años después, Israel pidió a EEUU su extradición, que se hizo efectiva en febrero de 1986.
Fue condenado a la horca en abril de 1988, pero en julio de 1993 la Corte Suprema israelí revocó su condena tras obtener nuevas evidencias que ponían en duda su identidad.
Según los archivos del KGB soviéticos, desclasificados tras caer la URSS, "Iván el terrible" era en realidad Iván Marchenko, como habían declarado una treintena de antiguos guardias de Treblinka. Ello permitió que Demjanjuk regresara a EEUU junto a su familia, tras cinco años de reclusión en Israel. Un tribunal de apelación le restituyó la nacionalidad estadounidense.
RAMIRO VILLAPADIERNA