sábado, 27 de febrero de 2010

Chaïm Soutine

Nacido en una pequeña aldea lituana pertenciente en aquel momento al imperio ruso, Soutine era el décimo hijo de una prole de once hermanos. Su padre, sastre de profesión, no vio con buenos ojos la afición del pequeño Chaim por el arte, ya que en el seno de la comunidad judía ortodoxa donde vivía estaba prohibida la realización de imágenes. En 1909 se trasladó a Minsk, donde recibió sus primeras enseñanzas artísticas. Al año siguiente preparó su ingreso en la Escuela de Bellas Artes de Virna. En 1913, finalizados sus estudios, se trasladó a París, estableciéndose en Montparnasse, junto a dos compatriotas, también artistas. Fueron tiempos difíciles, en los que Soutine vivió en condiciones precarias. Sin embargo pudo continuar sus estudios en la Escuela de Bellas Artes, bajo los dictados del artista académico Cormon. Es en esa época donde conoció a Modigliani, con quien trabó amistad, sirviéndole incluso de modelo para uno de los retratos del pintor italiano. En 1923 un coleccionista norteamericano adquirió un gran número de obras del pintor, con lo que su economía mejoró notablemente. En 1927 celebró su primera exposición en la galería de Henri Bing. De este modo se introdujo plenamente en el mercado del arte. En 1937 algunas de sus obras fueron incluidas en la Exposición de Artistas Independientes, honor pocas veces concedidos en Francia a un pintor extranjero. El inicio de la Segunda Guerra Mundial significó el principio de su decadencia, en especial cuando la ciudad fue invadida por las tropas nazis, ya que Soutine era oficialmente un judío, por lo que optó por alejarse de París, refugiándose en una pequeña localidad cercana a Tours. La angustia de una posible delación agravó los problemas de salud que tenía. Finalmente en 1943 sufrió un ataque de úlcera, que se le perforó, y obligó a una intervención quirúrgica de urgencia. Chaim Soutine murió en la mesa de operaciones.