martes, 26 de julio de 2011

Obama pide presión al Congreso para evitar la quiebra

Obama apela a los ciudadanos para forzar una solución a la crisis de la deuda
"No nos podemos permitir que los estadounidenses se conviertan en daños colaterales de la guerra política que se libra en Washington"

Así de claro habló anoche Obama, madrugada del martes en España, en un discurso a la nación convocado a última hora a la vista de la división entre demócratas y republicanos en las negociaciones sobre el techo de la deuda, que vence el próximo 2 de agosto.

El presidente hizo recaer la culpa del gasto excesivo a ambos partidos, pero responsabilizó a los republicanos –mejor dicho, "a un número de republicanos"-, en alusión a los inspirados por el Tea Party- de que el acuerdo se haya complicado por el uso político que están haciendo. De ellos dijo que sólo quieren grandes recortes, sin que haya una revisión del sistema de impuestos para las grandes fortunas y las corporaciones.

Ante la situación de bloqueo, solicitó a los ciudadanos que envíen mensajes a sus representantes y así fuercen un pacto. Obama recordó que este trámite era algo normal hasta hace poco. Recordó que Ronald Reagan lo elevó en 18 ocasiones y Bush en siete.

Si no se aprueba un incremento de la deuda por encima del techo actual, de 14,3 billones, el presidente de Estados Unidos advirtió que el gobierno federal no podrá afrontar el pago de las facturas, incluidos los cheques de la seguridad social. "Es un juego muy peligroso que no hemos jugado nunca y que no nos podemos permitir ahora", insistió. Entonces recordó la elevada tasa de paro en el país.

"No cumplir nuestras obligaciones es temerario y peligroso", remarcó. En este sentido, advirtió que se corre el serio riesgo de que las agencias de calificación degraden la deuda estadounidense, algo que no ha ocurrido nunca. Esta circunstancia tendría una consecuencia práctica en la vida cotidiana de los estadounidenses. Citó como ejemplo la afectación que esto tendría en las tarjetas de crédito.

Obama descalificó la última propuesta de los republicanos, porque supone elevar el techo por seis meses. De esta manera, con las elecciones más cerca, se volvería a la discusión. Además de que esta solución, según su opinión, no resuelve la amenaza de las agencias de calificación.

"Los americanos votaron por un gobierno dividido, pero no por un gobierno disfuncional", subrayó. Dijo que están hartos de esta discusión y concluyó que "el mundo entero nos está mirando", por la repercusión global que provocaría que se llegará a la suspensión de pagos.

John Boehner, líder de la mayoría republicana en la cámara de representantes, le dio la réplica, le plantó cara. Boehner consideró que Obama quiere seguir gastando más de lo que tiene, que quiere que Washington continúe con sus negocios, como de costumbre. El político conservador señaló que la aspiración de los demócratas es hacer un gobierno cada vez más grande y que los ciudadanos, a la inversa, cada vez más pequeños.