martes, 27 de diciembre de 2011

2012, un año de incertidumbres


La magnitud del déficit y un elevado desempleo condicionan el cumplimiento del principal objetivo del nuevo equipo económico: crecer y recobrar la confianza de los mercados

El nuevo equipo económico del Gobierno de Mariano Rajoy afronta un 2012 con el reto de crecer y recobrar la confianza de los mercados. Pero para ello debe despejar dos grandes problemas: reducir el déficit público y rebajar el elevado desempleo, en especial entre los jóvenes. La necesidad de cumplir con los compromisos fijados con Europa, pasar de un objetivo de déficit del 6% para este año al 4,4% en el 2012 y al 3% en el 2013, hará más complicada la reactivación de la economía. Pero para colaborar en su resolución, el Banco Central Europeo (BCE) ha dado un giro en su estrategia y ha decidido abrir una ventana de liquidez para el sistema financiero, y que volverá a repetir en febrero. "Esta es una señal clara de la nueva estrategia del BCE, que no va a consentir que el euro se venga abajo por falta de actividad económica. Mario Draghi va a luchar con tanta fuerza contra la deflación y la falta de actividad como Jean-Claude Trichet lo hizo contra la inflación", afirma Tano Santos, profesor de la Universidad de Columbia e investigador de Fedea.

El segundo factor que impide crecer –por la ausencia de crédito– es el obligado saneamiento de la cartera de créditos hipotecarios. Luis de Guindos, nuevo titular del Ministerio de Economía, afirma que no se hará mediante la creación de un "banco malo", sino mediante una fórmula organizativa intermedia. Pero nadie duda de que el gran reto sigue siendo crear empleo. De Guindos es consciente de que España tendrá que seguir viviendo con esta lacra durante muchos años. Sin embargo, estima que es posible darle la vuelta a la situación actual. Para ello será necesario combinar las medidas de ajuste del gasto público con otras de estímulo "aplicadas con imaginación". Por eso, la clave sigue estando en las reformas que no cuestan dinero, pero que pueden transformar las expectativas de los mercados, y que se traducirían en el pago del servicio de la deuda y el inicio de un nuevo ciclo virtuoso de crecimiento como el de 1996.

"Para alcanzar estos objetivos, el Gobierno ha planteado envolverlos en un gran reto: estar en el pelotón de cabeza del euro, lejos de la calificación de periféricos con que debe arrostrar la economía española. En el objetivo está de acuerdo el nuevo Gobierno y la oposición". Es la reflexión de José Manuel Campa, probablemente la última como secretario de Estado de Economía, donde ha sido un testigo de excepción de la gestión de la Gran Crisis que dura ya cuatro años. En su opinión, de la misma manera que España apostó primero por la democracia, después por entrar en la Comisión Económica Europea y años más tarde por formar parte del euro, ahora debe aspirar a estar en la construcción de la nueva Europa. "Será difícil, pero así disponemos de un banderín de enganche".

En opinión de Campa, aunque se le pueda tachar de iluso, si España llega al 2014 con una deuda pública por debajo del 75% del PIB y un déficit inferior al 3% y un sistema financiero saneado "se convertirá otra vez en un ejemplo para el conjunto de países europeos. "Lo hicimos anteriormente y podemos volver a conseguirlo".

Esta misma opinión la comparte el nuevo ministro de Economía, Luis de Guindos, quien afirmaba a este periódico hace tan sólo unos días que "España ni va a ser rescatada, ni va a pedir el rescate, al Fondo Monetario Internacional".

Reforma Laboraql. Flexibilizar el trabajo y dar mayor capacidad de decisión a las empresas
El principal objetivo de la reforma laboral del Gobierno de Mariano Rajoy es crear empleo. Este es el tornillo que une todas las varillas del abanico. Más empleo supone más consumo, mayor crecimiento y menos problemas en la Seguridad Social. Sin embargo, el nuevo equipo sabe que será una tarea lenta y difícil porque requiere un cambio de mentalidad y tratará de hacerlo desde el consenso. Pero sólo hasta Reyes.

Todos los cambios irán dirigidos a facilitar mayor flexibilidad en la empresa para que puedan adaptar sus condiciones de trabajo antes de despedir. Esto supone cambiar la obsoleta y rígida legislación de la negociación colectiva. Pero, además, hay que facilitar la contratación y dar mayor capacidad de decisión a los empresarios y que los cambios puedan hacerse con rapidez. Es decir, acabar con el principio de "santa Rita, Rita, lo que se da no se quita", como explica Juan Antonio Sagardoy.

Estos cambios permitirán acabar con la dualidad del mercado laboral, que condena en la actualidad a un tercio de los ciudadanos a vivir en la precariedad, emprender un proyecto de vida, tener un hijo o comprar una casa porque depende y dependerá de un contrato temporal que se puede encadenar sine die a lo largo de su vida, como explica Sergi Jiménez, profesor de la Universitat Pompeu Fabra.

En busca del equilibrio laboral. El ajuste del gasto público presionará aún más sobre la demanda interna
El principal objetivo del nuevo ministro de Hacienda y Administraciones Territoriales, Cristóbal Montoro, es cumplir el objetivo de reducir el déficit. La magnitud del ajuste aún es un misterio, porque depende de la cifra en que finalmente se cierre el 2011. Si es cierto el objetivo de déficit del 6%, será un recorte de gasto de 16.400 millones de euros, pero cada punto de desvío supone 10.000 millones de sacrificio. Funcas ha llegado a hablar de hasta 40.000 millones.

En este escenario el sector público no puede contribuir a animar la actividad. "La única alternativa para recuperar el crecimiento es hacer reformas estructurales que eleven la demanda". Esta es la receta que recomiendan los especialistas, por ejemplo, de Fedea, para recuperar el potencial de crecimiento de la economía que le permita crear empleo y que el Ministerio de Economía estima en el 3%. Estas medidas de ajuste irán acompañadas de medidas de estímulo en la oferta. Es decir, una hipotética bajada de impuestos a los agentes que crean empleo.

Para Montoro, el reto fundamental es embridar a las comunidades autónomas. Desde la oposición el PP planteó la posibilidad de que las autonomías pudieran renunciar a la prestación de servicios que no pueden asumir. Se encontrará en el camino a Catalunya, comunidad autónoma que decidió por su cuenta anticipar el recorte, en línea con su voluntad de autogobierno y de asumir el máximo de competencias posible.

Reforma financiera. Fusiones para eliminar el riesgo de los bancos zombis y facilitar el crédito
La compra del Pastor por el Popular, a la que siguió la adquisición de la CAM por el Sabadell, han marcado el inicio de la segunda fase de la reforma del sistema financiero. Una etapa que estará marcada por las fusiones. Las cajas se han reducido a la tercera parte, pero ese fue sólo el principio. Como afirma Aristóbulo de Juan, muñidor de la reforma de los noventa, "el cambio de propiedad y gestión debe producirse al mismo tiempo que el saneamiento". Esto en la práctica significa cerrar los bancos zombis (en la crisis anterior desaparecieron 51).

"Las crisis bancarias son como el chorizo: nos da asco cómo se hace, pero está muy rico", afirma Tano Santos, profesor de la Universidad de Columbia e investigador de Fedea. El Banco de España ha situado en 176.000 millones la "exposición potencialmente problemática" al ladrillo. Lo más podrido de esta partida son los 33.000 millones en suelo adjudicado, al margen de los créditos morosos.

El presidente, Mariano Rajoy, ha dejado claro que no habrá "banco malo", pero sí alguna fórmula parecida que deberán financiar las propias entidades. De entrada ha vuelto a cambiar la fiscalidad de la vivienda. Además, el nuevo Gobierno cambiará de arriba abajo el Banco de España, cuyo papel como vigilante del sistema ha quedado más que en entredicho.

Burbuja inmobiliaria. ¿Podemos renunciar a la construcción de viviendas e infraestructuras?
La pregunta que se hacen los principales economistas es si podemos renunciar a que la construcción siga siendo el motor del crecimiento económico. La respuesta es rotunda: no. Esta es la razón por la que el nuevo ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que se convertirá en el "Mister No" del nuevo Gobierno ha aceptado de buena gana reinstaurar la desgravación fiscal por la compra de vivienda. El objetivo es reducir los activos inmobiliarios prisioneros de bancos y cajas, ajustar su precio al mercado e iniciar un nuevo ciclo de la construcción que estará mucho más controlado que en el pasado.

No se permitirá que la construcción represente el 12% del PIB, pero tampoco que se devalúe tanto como en la actualidad. Es decir, que el objetivo es reencontrar el equilibrio perdido entre la oferta y la demanda. Sin duda este será uno de los grandes ejes de la legislatura que ahora comienza.

La nueva ministra de Fomento, Ana Pastor, se encargará de racionalizar la construcción de infraestructuras. Ha quedado en cuestión la política de infraestructuras basada en un modelo radial y se trata de aplicar una mayor racionalidad en la gestión de recursos escasos, como los financieros. Uno de sus principales objetivos es erradicar de raíz los casos de corrupción que tradicionalmente se han producido en el entorno de la construcción.

Pensiones. Eliminar el temor a una vejez pobre y una Seguridad Social en riesgo de quiebra
No sería exagerado ni mucho menos señalar que la principal preocupación, con diferencia, del nuevo ministro de Economía, Luis de Guindos, es sin ninguna duda la situación financiera de la Seguridad Social. No es nuevo. Ya en 1996 cuando llegó al poder el primer gobierno del PP la reforma de la Seguridad Social se convirtió en la cambio estructural más importante. Entonces se pensó que impulsando la dotación del Fondo de Reserva la situación quedaba resuelta. Nada tan lejos de la realidad. En opinión de De Guindos, el citado fondo ayudará, pero no evitará que el sistema vuelva a entrar en déficit el próximo año, en el caso de que no lo haya hecho ya. "Es un tema que me preocupa profundamente".

Hay que tener en cuenta que la reforma realizada por el gobierno Zapatero en enero del 2011 para retrasar la edad de jubilación a los 67 años sólo ha sido un primer paso. La ley prevé que los cambios no entren en vigor hasta el 2013. Mariano Rajoy ya ha adelantado que hay que cortar de raíz las prejubilaciones sin más demora. Como afirma César Molinas, "si en Alemania se está planteando retrasar la edad de jubilación a los 69 años no tardará mucho en que el debate se vuelva a plantear en nuestro país". Los principales expertos coinciden en que la fórmula hay que buscarla en un sistema similar al realizado en Suecia y Portugal, que vincula la subida de pensiones a la evolución del PIB y a la demografía.

Jóvenes. El reto de cambiar la mentalidad de los jóvenes mejor preparados de la historia
Evitar que los jóvenes de 18 años se conviertan en una generación perdida es, sin lugar a dudas, el principal reto que se ha propuesto el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Así se lo comentó hace unas semanas al secretario general de la UGT, Cándido Méndez, cuando este le dijo que le resultaba asombroso que España se hubiera convertido en uno de los principales suministradores de mano de obra cualificada –y barata– del mercado laboral alemán. Rajoy le respondió: "Contra eso lucharé con todas mis fuerzas".

Los datos son contundentes. Casi 200.000 jóvenes con titulación universitaria están trabajando fuera de España. No es un drama si se tiene en cuenta que aspiramos a formar parte de un mundo global y que formamos parte de la eurozona. Sin embargo, esta imagen del desempleo juvenil puede quedar distorsionada si olvidamos que la mayor parte de los jóvenes parados (que ya superan el 40%) carece de formación. Pero más aún si tenemos en cuenta que no tienen cualificación profesional y que, tal como explican en la Fundación eLogos, la mayoría no son capaces de seguir una explicación más de una hora y comprenderla. No es de extrañar si se considera que el fracaso escolar sube al 40%. La crisis ha forzado el regreso a unas aulas ya desbordadas. El reto es que tengan una formación útil.