lunes, 14 de septiembre de 2009

CARTA DEL LECTOR a La Vanguardia


La tormenta perfecta

Tormenta perfecta es la que se forma al heredar un inmueble y su terreno, entre el impuesto de sucesiones que percibe la Generalitat y el impuesto sobre el incremento del valor de los terrenos que perciben los ayuntamientos. Este último lo cobran por considerar que, al heredar, se genera en el terreno donde está ubicado el inmueble una plusvalía, imaginaria, que calculan a su criterio y por la que se paga sin que realmente se haya vendido ni generado plusvalía alguna. 

El resultado de la tormenta perfecta lo podemos apreciar en un caso vivido en mi entorno familiar:
Fallece el padre, viudo, de 83 años y deja en herencia a su hija, 23.200 euros y un terreno en el Vallés en el que a finales de los años 50 se había construido una casa, de la cual por su mal estado actual y por el miedo a que le entraran okupas, tenía solicitado el permiso para ser derribada.

De acuerdo con el valor catastral y los multiplicadores que se establecen anualmente, el terreno con su 'casa' tuvo que valorarse a efectos de sucesiones en 350.000 euros. 

El coste total de la herencia fue el siguiente: Por impuesto de sucesiones pagó a la Generalitat 69.600 euros. Por incremento del valor del terreno pagó al Ayuntamiento 31.100 euros. O sea, total 100.700 euros.

La situación actual para la hija es la siguiente: hoy el terreno no vale el precio que tuvo que declarar y la casa no vale nada. Le imputan anualmente en su Renta el 2 % del valor catastral. Paga anualmente 1.700 euros de IBI. Ha tenido que endeudarse para pagar la 'tormenta perfecta'. Y….. aún le falta derribar la casa.

Parte meteorológico final: "Tormenta transformada en Tsunami arrasa con el 50% de una herencia".