Así sólo se juega al fútbol en el Paraíso Se acabó la persecución. El Barça se marchó del Bernabéu como campeón virtual de Liga y dejando para la historia una exhibición de la que aún se hablará cuando todos nosotros hayamos muerto. El exquisito fútbol del Barça durante toda la temporada estalló ayer en su mejor versión. Ni cansancio, ni nervios, ni gaitas. Fútbol, puro fútbol, hecho de toque, astucia y profundidad. Fútbol que produjo seis goles y que paró ahí por Casillas y porque en ocasiones la jugada se recreó tanto que acabó perdiéndose, como dicen que les ocurría a 'Los Caballeros de la Angustia', aquellos cinco grandes de 'La Máquina' de River.
Guardiola no se guardó nada. Se había especulado con la posibilidad de que reservara a Henry, pusiera a Iniesta de extremo y acompañara a Xavi con dos medios de fuerza. No hizo tal. Sacó todo lo mejor porque quería ganar este partido, que le podía asegurar no sólo un título sino también la tranquilidad para encarar los otros dos. Y así fue. Ya no hay Liga, una preocupación menos. Con ese fin sacó al Barça en su mejor versión, con el truco táctico además de mover a Messi del extremo para correrlo hacia el medio campo, donde la superioridad técnica y numérica del Barça fue arrasadora. El Madrid sufrió, atónito y sin respuestas.
Esta exhibición deja atrás aquel legendario 0-5 de 1974, y el 0-3 de hace poco y menos, con los aplausos a Ronaldinho. Tampoco el Madrid estuvo muy lúcido ayer: salió con la defensa muy adelantada, exponiéndose a pases a la espalda; Sergio Ramos fue un coladero ante Henry (magnífico) aunque compensase algo con su presencia en el primer gol y su autoría del segundo. Pero es igual. Con una u otra fórmula, el Madrid hubiera sido batido por este Barça perfecto, que hizo un fútbol tan bueno como nunca se ha visto. Supongo que ni en el Paraíso se jugará mejor. Como mucho, igual. Sombrerazo.