Jeanne era una joven de buena familia y era un amor loco el que la unía a Modigliani. De ella se dice que era una mujer muy callada y que nadie la vio reír.
A pesar de la opinión de su padre, Jeanne se instaló con Modigliani en la rue de la Grande-Chaumière, en Montparnasse (París), en el taller que habían alquilado al agente de Modigliani, el poeta polaco Léopold Zborowski.
El 29 de noviembre de 1918, en la maternidad de Niza, region a la que se habían visto forzados a trasladarse por la tuberculosis avanzada de Modigliani, Jeanne trajo al mundo a un niña, que se llamaría como ella, Jeanne Hébuterne. La pequeña fue entregada al nacer a una institución, para asegurarle unos cuidados que sus padres no podían darle, pero no fue dada en adopción. Permaneció en la institución hasta la muerte de Hébuterne, momento en que la hermana de Modigliani que vivía en Florencia acogió a la pequeña Jeanne y la crió.
Ya mayor, Jeanne Hébuterne Modigliani, de casada Jeanne Nechtschein, escribió una importante biografía sobre su padre titulada: "Modigliani: hombre y mito".El estado de salud de Modigliani no cesaba de agravarse, muriendo finalmente de meningitis tuberculosa, a los 35 años de edad, el 24 de enero de 1920.
El 27 de enero Modigliani fue enterrado «como un príncipe» en el cementerio de Père-Lachaise después de que el cortejo fúnebre formado por toda la comunidad de artistas acompañara su cuerpo por las calles de París.
En cambio, Jeanne, fue llevada en secreto por sus padres, al cementerio de Bagneux.
No fue hasta 10 años más tarde, cuando Emannuele Modigliani, el hermano mayor del pintor, convenció a la familia Hébuterne para que permitieran el traslado de los restos de Jeanne a una tumba junto a la de Amedeo.
Desde 1930, reposan juntos.